Thursday, November 21, 2019

Los libros sobre el Concilio Vaticano II publicados en 1966 no le dicen al lector que el Concilio puede ser interpretado en armonía con la eclesiología exclusivista pasada de la Iglesia.


21 de noviembre de 2019
Los libros sobre el Concilio Vaticano II publicados en 1966 no le dicen al lector que el Concilio puede ser interpretado en armonía con la eclesiología exclusivista pasada de la Iglesia.
 Los libros sobre el Concilio Vaticano II publicados en 1966 no le dicen al lector que el Concilio puede ser interpretado en armonía con la eclesiología exclusivista pasada de la Iglesia. Apoya un ecumenismo de retorno para los protestantes. Apoya el ecclesiam nulla salus extra como era conocido a los misioneros y al Magisterio del siglo XVI. En cambio, estos libros presentan los documentos como una ruptura con la Tradición. Mezclan lo que es hipotético como ser real. Lo implícito se confunde como explícito. Algo subjetivo se confunde como objetivo. Entonces, con una premisa falsa, una ruptura con el católico Se crea la tradición.

Entonces, el Concilio se describe como una nueva revelación en la Iglesia. Los medios seculares lo llaman una revolución. El papa Benedicto se refiere a esto como un desarrollo.
Con una premisa falsa había una inferencia falsa y una conclusión no tradicional y esto se consideraba católico.
Hoy podemos evitar la premisa falsa y nuestra conclusión sería tradicional. Tendría lo que el Papa Benedicto llamó la hermenéutica de la continuidad.
Los Documentos del Concilio Vaticano II de Walter M. Abbott s.j, tienen un error objetivo en su interpretación del Concilio. Este error está presente en casi todos los libros en inglés sobre el Concilio Vaticano II escritos en 1966 y posteriores. El mismo error existe en todos los libros sobre el Concilio Vaticano II escritos en otros idiomas durante los últimos 50 años.
Esto es increíble. Ahora necesitamos que se escriba un nuevo género de libros en el Consejo. Debemos descartar los libros actuales con su error objetivo y objetivo. Es un hecho de la vida que no podemos ver ni conocer a nadie salvo fuera de la Iglesia como se menciona en LG 8, LG 14, LG 16, UR 3, NA 2, GS 22, etc. en el Concilio Vaticano II.
Es un error objetivo confundir LG 8, etc. como casos objetivos. ¿Cómo pueden ser no católicos salvados fuera de la Iglesia en los últimos 50 años cuando no existen en nuestra realidad? No podemos ver ni conocer a nadie salvo fuera de la Iglesia, sin fe y bautismo.
Por lo tanto, fue sobre una premisa falsa que se creó la Nueva Teología. Ahora es la base del Nuevo Ecimenismo, Nueva Ecclesiología, Nueva Evangelización y Nueva Ley Canónica.-Lionel Andrades

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